«El ALBA no es solo una alianza: es una promesa de futuro, una resistencia viva, un instrumento para los más desposeídos y un recordatorio de que juntos, como pueblos, somos invencibles», afirmó Luis Arce, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, durante su intervención en la jornada inaugural del evento.

Durante su intervención, Arce ratificó el valor fundamental del ALBA-TCP para la región, enfatizando que la organización ha puesto al ser humano en el centro de su filosofía: «El ALBA puso en el centro al ser humano, defendiendo su derecho a soñar y la idea irrenunciable de que un mundo mejor es posible», declaró.

LEA TAMBIÉN:

ALBA-TCP: Cuba llama a reformar el orden internacional para hacer prevalecer la solidaridad

«Hace 20 años, cuando parecía que el mundo sucumbía ante el capital y se decía que habíamos llegado al fin de la historia, nacía el ALBA», un pacto que testimonió el fracaso del proyecto anexionista del ALCA, celebró el mandatario a propósito de los orígenes de la plataforma integracionista.

El jefe de Estado boliviano afirmó que el ALBA es más que un proyecto político, y constituye un símbolo de resistencia viva ante las injusticias y la dominación. En ese sentido, condenó el injusto y criminal bloqueo contra Cuba, «una frente que busca doblegar la dignidad de un pueblo que es ejemplo para el mundo entero», dijo.

De forma categórica condenó el genocidio israelí en Palestina: «El ALBA-TCP condena sin titubeos las acciones genocidas en Palestina, donde cada día se perpetra una tragedia humanitaria», y reafirmó el compromiso inquebrantable de la alianza con la vida de los seres humanos

«Palestina no es un susurro lejano, sino un grito urgente que exige justicia. La comunidad internacional tiene una deuda pendiente y es la de detener el genocidio contra un pueblo que dio tras día ve su existencia borrada«, fueron las contundentes palabras de rechazo hacia las acciones de Israel, apoyadas y financiadas por el Gobierno de los Estados Unidos.

El mandatario refirió además que la integración es una voz firme y permanente contra las medidas coercitivas y unilaterales impuestas contra Venezuela y Nicaragua, acciones que calificó como «reprochables», que constituyen violaciones al derecho internacional y ataques directos a la soberanía y el bienestar de los pueblos.

Uno de los puntos centrales del discurso fue la reiteración del compromiso de Bolivia y el ALBA con la construcción de un mundo multipolar: «Desde el Estado Plurinacional de Bolivia reiteramos nuestro compromiso por la lucha por un mundo multipolar donde los derechos y la dignidad de nuestros pueblos sean respetados sin condicionamientos ni amenazas», agregó.

Casi al finalizar, Arce invitó a los presentes a participar el próximo 6 de agosto en la celebración del Bicentenario de Bolivia, en la capital de la nación sudamericana. De igual modo solicitó que su delegación se ausente a los debates de la cumbre, pues en la jornada de mañana deberán asistir a las elecciones judiciales bolivianas, deber fundamental al que no pueden faltar.

El discurso del mandatario boliviano fue testimonio de que frente a los desafíos del mundo amenazado por el fascismo y el neofascismo, «el ALBA no es una opción, sino una necesidad que debe continuar con paso firme».

En ese sentido, constituyó un alegato de resistencia frente a las injusticias globales ejercidas por los países supuestamente abanderados de la democracia, que verdaderamente son la punta de lanza del saqueo y el empobrecimiento de los pueblos del mundo.

EN ESTA NOTA: